sábado, 10 de abril de 2010

¿Qué está pasando, Luna?

¿Cómo podré preguntarme así mismo por qué existe tanta delincuencia, tanto sufrimiento y derramamiento de sangre en este mundo dónde todo es ficticio y pasajero?, dime tú, explícame tú, Luna.
Luna, tú que te encuentras en lo más alto del universo, allá donde es visible miles y millones de estrellas desde aquí abajo donde yo me encuentro, que durante mi niñez veía emocionado como brillaban en una noche de oscuridad dominante que corría por mis venas haciéndome sentir pequeños temores que según yo, decía que era por mi falta de inmadurez hacia la vida, hacia un camino que debía de recorrer con el pasar de las horas, de los días, de los meses, de los años y hasta de las décadas que ya no quisiera ni contarlas.
Luna, pasó el tiempo y yo iba creciendo. Iba siendo consciente de las cosas qué pasaba a mi alrededor, sobre todo cosas malas, cosas destructivas para la raza humana que habitaba en este mundo perturbador desde miles y millones de años atrás.
Luna, ¿qué pasó con aquellos días de tranquilidad?. Explícame tú, Luna, Luna divina; este mundo se convirtió en una cajita de Pandora dónde encontramos muchas sorpresas, sorpresas que guardan leones hambrientos con ganas de devorar todo lo que se les presente delante.
Luna, todo esto se convirtió en un mundo intranquilo, inseguro lleno de suspenso donde no se puede confiar ni en uno mismo. Tanta delincuencia que hoy vivimos aquí abajo; tú, Luna, que nos miras desde lo más alto, te puedes dar cuenta de la cantidad de gente inocente que hoy muere por injusticias, que provocan sufrimiento en cada uno de ellos y entre sus familias que sufren ver partir hacia otro existir, otro mundo donde ningún ser vivo puede describir sin antes haber pasado por ahí, que viene a ser algo ilógico, fuera de lo real y de lo posible.
Luna, tú tan bella, incomparable, que estás en lo más alto del cielo, del universo, dame la solución; no exactamente, si no la respuesta ante esta duda que carcome mi cerebro, que de la misma manera lo hacen todas aquellas acciones que día a día está sucediendo en este mundo, un mundo perdido en la delincuencia, en la sangre derramada por inocentes niños, jóvenes, adultos, ancianos, y toda clase de persona víctima de esta catástrofe que con el transcurso del tiempo cada vez aumenta más y más hundiéndonos de esta manera en un hueco tan profundo del cual esperaríamos una soga del cielo que pueda rescatarnos.
Luna, explícame, ¿por qué la seguridad de cada una de las personas que nos encontramos en este planeta ya se murió, desapareció, se exhumó, se congeló, se borró?, explícame Luna, ¿por qué los terroristas disfrutan asesinando gente inocente, gente bondadosa, gente que el mismo Dios creó con tanto amor, con tanta ilusión y que ahora entre nosotros nos matamos, nos herimos, nos juzgamos y sobre todo lo más cruel, nos destruimos?, ¿por qué Luna?.
Luna, preciosa maravilla divina, tú, con tu sonrisa dorada color miel, una sonrisa no de alegría por todo este sufrimiento mundano sino de brillantez que sirve en las noches tibias, ¿qué culpa tienen aquellos pequeños niños que nacen, pequeñas criaturas inocentes que llegan a este mundo con la ilusión de vivir algo lindo, mejor dicho algo que pueda hacer de ellos seres especiales; pero; ¿qué culpa tienen ellos, qué culpa?.
Luna, la gente va caminado tras los charcos de sangre que ellos mismos ven derramar de su propia familia, su propia gente, sin ninguna justicia, sin ninguna aceptación, sólo el poder, ese poder maldito, que es el poder de la injusticia, del aprovechamiento de los más débiles, de los más sensibles, de los más inocentes.
Luna, ahora que lo pienso, trato de imaginar que la única intención de toda esa gente mala, esa gente asesina, que lleva bajo la piel la sangre fría, sangre color negra, que solo buscan el poder, la altitud, llegar hasta lo más alto de la cima, controlando a todo y a todos, según ellos, se creen lo máximo, los más poderosos en la tierra, pero no se dan cuenta que existe el cielo, un cielo divino, creo yo; un cielo donde allí te encuentras tú, tu Luna sagrada.
Luna, ahora mismo estas observando todo desde allá arriba, desde lo más alto del universo. Estaremos de mañana, de tarde o de noche, estaremos en América, Asia o África, pero sigue desarrollándose esa destrucción terrenal entre seres humanos que perdieron alguna vez la confianza, la seguridad y las relaciones mutuas donde se demostraba el afecto, donde se demostraba un sentimiento de paz, donde tú podías dar la mano a tu hermano. Pero ahora nada es así; todo se llenó de asesinatos, destrucción, sangre, sangre a montón. La tierra se tiñe de color rojo y lo más doloroso es que podemos apreciar un rojo de tristeza, no solo por ser sangre humana derramada sino por ser sangre de gente valiosa, de gente inocente.


Luna, ¿qué podemos hacer ante tanto dolor, ante tanto sufrimiento, ante tanta angustia?, todo esto no debe seguir, debe acabar, debe terminarse. De un día a otro no, pero sí de a pocos, cada día mejorar todas estas circunstancias.
Luna, dímelo por favor, dímelo Luna divina, ¿todo esto acabará y todo será paz?, necesito una respuesta.
Luna, tanto tú como yo y como todas las personas que existen en el mundo, estamos cansados de ver tanta sangre, muchísima sangre derramándose cada día que pasa, en cualquier parte del mundo y a cualquier hora, mientras unos duermen, al otro lado del mundo la gente llora y cuando esa gente trata de estar calmada, arriba de ellos hay gente que se comienza a preocupar y debajo hay gente que no sabe valorar. Todo el mundo está mezclado de diferentes clases de personas; buenas y malas.
Luna, todos los días podemos darnos cuenta en las noticias televisivas, en los periódicos y en la radio que la cantidad de asesinato, la cantidad de derramamiento de sangre aumenta en una cantidad increíble y sorprendente que sólo mirar, leer y escuchar todas esas informaciones, causan una gran angustia en cada uno de nosotros.
Causan melancolía, causan muchas emociones tristes, emociones que sólo quedan en simples emociones, sin buscar una solución, sin buscar justicia, olvidando todo de la noche a la mañana y pensando sólo en cosas vanas, cosas que cuando tengas que partir, todas esas cosas no vendrán con nosotros a ningún lado, simplemente se quedarán donde siempre estuvieron, pero renovando y trastornando nuevas mentes ambiciosas.
Y dime tú que estás leyendo. ¿Piensas que habrá justicia en esta tierra, habrá razones de expresar la verdad o lo que sentimos realmente pero con el miedo de recibir un tiro en la sien que termine con nosotros en un segundo o es que acaso llevas esa cobardía por dentro?, pues no lo sé, lo único que sé, es que nunca arrugues en decir las cosas, nunca tengas miedo, lucha por la justicia que desde lo más alto del cielo, la Luna siempre nos iluminará con su dorada sonrisa color miel.

1 comentario:

  1. me dejas sin pal,abrs jesus....muy aparte de felicitarte dejam decirte que estoy super contenta con lo grande merito que stas realizando en tu carrera como estudiante...aun que no seamos super patas , me alegra mucho que estees enfocado en cosas que mas adelante te serviran ati y solo para tu futuro , y dejar de lado el resto que para todo hay tiempo =).....ers grande jesus tk sueerteee!

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