miércoles, 5 de octubre de 2011
Vigestusa
domingo, 2 de octubre de 2011
Traspareciste
domingo, 21 de agosto de 2011
Era extraño aquella noche gris del día de abril
Era momento de percibir el reloj que encandilaba en medio de la incógnita du su último sueño. Afuera copulaban tres insectos transmutados en lobos de mar que no disfrutaban de alas para nadar por los sueños que desfilaban por el ápice de la casa de cartón de la tía ciega. El frío caía lentamente por debajo de la tierra llena de mierda. El camino se esbozó en forma curva para que no se encuentren frente a cara y el desprecio no irrumpa el lugar, maldito lugar lleno de vacíos relámpagos bañados de pecados. En siete segundos pasaron quince años donde nunca existieron los domingos, el sábado cambió sus papeles para emigrar a la semana siguiente mientras el frío hostigaba caminando con los ojos cerrados, tenía miedo de dormirse entre el montículo de cabello derramado sobre la lámpara que se incendiaba entre hojas desgarradas. Ya era tiempo de que el cigarrillo vivifique bajo un cielo de colillas que sobrevolaban dentro de cuatro ramas color silencio que enlazaba una bella esfera triangular, los pies de la niña que no nació estaba sosegando bajo la sombra de un instante acaramelado que amargaba las pupilas de un cuerpo cansado de dormirse entre nubes malditas que atraparon sus sueños dentro de una botella de vino.
sábado, 13 de agosto de 2011
Crónica de la muerte de tu sonrisa
Las tres campanadas sonaron demasiado temprano, era hora de partir, no importaba que la noche aún estuviera tierna y sincera, había luna llena, estaba vestida con un lienzo de cristal color del mar, Marina partía con dirección al edén, tenía que peinarse la mirada, tenía que renacer a mil demonios.
Un beso a medias, un abrazo inconcluso, media vuelta y regresé por donde había caminado bajo la luz en coma de una noche gris y fría que entorpecía mis pasos.
Llegué a casa, pequeño infierno, estaba dispuesto a salir con mis demonios, dulces demonios en busca de pecadores, ángeles pecadores de corazones nobles.
Me integré a otro pequeño infiernillo de ir y venir de miradas turbias y respiraciones fósiles del bien, dejamos el alma en aquella cueva maldita y salimos en busca de veneno, bendito veneno cegador, enloquecedor…
La taberna endiosaba muchas miradas, tiernas, dolidas, melancólicas, alegres, fingidas… todo era un pelotón de sin saber. Bebimos sangre del infierno, uno, dos, bebimos el desgarro de la locura.
El tiempo pasó y observé los rayos de una luz que pasaron frente mis endiablados ojos color destiempo. Era Marina, caminaba lenta y pausada, arrastraba flores y más flores que caía de su cintura, caminó hasta su lugar y se sentó, la seguí bajo los suspiros de mi mirada, la fui a buscar.
Llegué hasta su lugar, hice repelencia a su sonrisa, salimos a danzar sobre las llamas del infierno y entró a mí un demonio maldito, demonio sin palabras dulces, Marina se quedó sorprendida me miró y dejó de sonreír, mi infierno se convirtió en un nuevo infierno, más ardiente, más maldito, ahora sin la sonrisa de la bella flor, en medio de su enojo, me tiró la rosa por la espalda y se fue, volteó, me miró y comenzó a derramar lágrimas de decepción, fue en ese momento que quise acércame a su lado, pero ya estaba en medio de otros demonios…
viernes, 29 de julio de 2011
belle princesse...
martes, 26 de julio de 2011
Cielo
Para que las palabras no me falten, eh comprado medio kilo de cerezas con sabor a dulzura. Hoy hace frío y es de día, la noche está lejana y tu cuerpo a lado de mis deseos. Que tus ojos no pequen mirándome la piel, que tus manos no me acaricien desde lejos, tu voz ya no es silencio, está acá, cerca, muy cerca.
No tenía idea quién eras, si un ángel o un demonio, si venias vestida de seda o de turquesa, no lo sabía.
Cuando llegaste a este puerto de enero con piedras grises, yo andaba desnudo con la mirada oscura frente a los rayos del sol. Te pregunté tu nombre y me respondiste $%$·&”·% me reí, volví a reír, una y otra vez, estabas parada frente a mí con tus ojos claros devorando mi nerviosismo, no sé qué me pasa, quién eres tú te pregunté, mi volviste a mirar, te sonrojaste, me hablaste y te callaste.
Silencio, todo quedó en silencio, las olas nos piropeaban, nos molestaban, y tú y yo, sonreíamos, los dos en silencio, mucho silencio, nos sentamos sobre el transitar de la brisa del mar, nos quedamos un atardecer que no atardeció, aún no, no es tiempo, el barco ya salió, está en camino, viene por nosotros.
domingo, 19 de junio de 2011
Sueño volver a encontrarte
Los ojos más bellos sí existen, un día los conocí, a distancia, pero los coní.
Aquella mujer de blusa roja semi arrugada, de pantalón azul marino medio flojón, botas negras, raras, con la suela color marrón, un bolso negro, mediano de tamaño y un par de aretones ensortijados representando el volumen solar de aquel astro celestial cegador.
La mujer tenía la piel color cobriza, nariz respingada, casi perfecta. Un viejo moño en el cabello no ensucia tantos detalles deleitantes de toda la inmensidad de su piel, hermosa piel, hermosa mujer.
Sus ojos, benditos ojos, indescriptibles.
Aquí termina todo tipo de descripción, porque explicar cada característica – volumen, color, luminosidad, brillo, contraste, etc- de los preciosos ojos de aquella mujer, es un asesinato a la imaginación.
Todo terminó con un pequeño suspiro, pues fui tan imbécil al no preguntarle su nombre.
Después de tantos intentos tímidos por incitarme en el vaivén de su mirada, aquellos ojos creaban mares sobre los mares y luces sobre el cielo, que desde aquel día, menosprecia eternamente al sol.
jueves, 9 de junio de 2011
¿Bebemos?
sábado, 7 de mayo de 2011
A Nilda
Si volviera a nacer, desearía salir de tu vientre
así como sale el primer rayo de luz del cielo.
Tu mirada de ternura es abrigadora para mi alma,
si tú no fueras mi madre, yo compraría la potestad de ser tu hijo,
y sé muy bien que si yo no fuera tu hijo,
tú serías capaz de adoptar mi sangre
y así compartir flujos de líquidos llenos de ternura y admiración.
Te admiro por ser una rosa,
única en su clase,
la más perfecta con 7 colores nunca antes vistos.
Me amas tanto que tus gritos opacan mi rebeldía
de una manera impresionante.
Ayer estaba caminando por las calles del centro
de esta ciudad
y me tropecé con muchas miradas extrañas,
corrí desesperado,
me senté en la cima de la cumbre de tus brazos
y comencé a fumarme un cigarrillo.
El humo me llevaba hasta tu rostro,
te di un beso y te abrasé
mientras quedábamos atados con una cinta de claveles que decía:
“estamos tan cerca que la respiración es una sola…”
domingo, 17 de abril de 2011
A la Luna...
Me olvidaste, ¡lo sé! …
pero no habrá otro hombre en la tierra
que te regale poesía y esperanza
como lo hacía yo.
lunes, 28 de marzo de 2011
Un abrazo me dijo que te bese
un reloj me detuvo y no pasó,
cada grano de arena tan caliente
cada sombra que huye de este sol,
me mantuvo oculto en mi escondite
viendo transcurrir mi ocasión
porque al mundo vine a perderte,
porque al mundo vine a dar este son
Y busqué en el espacio el punto exacto
donde se extravió mi razón y de paso el corazón.
Mendigué cada huella en cielo raso
un feroz aguacero, un tropezón,
quiero hallar el camino que me acerque
quiero llamar el camino hacia tu voz
y si algún día te pido que me dejes
mándame a la mierda y di "jódete!"
porque quiero conocerte nuevamente
y perder de nuevo la razón...
...y de paso el corazón.
"Daniel F."
viernes, 11 de febrero de 2011
Conversación conmigo
Hoy no quiero regalarte una lágrima más, hoy te entrego una tierna sonrisa,
hoy ya no te abofeteo el alma, hoy contemplo tu espíritu,
hoy no te rechazo, hoy te busco,
hoy no te dejaré, hoy sí te seguiré,
hoy no abusaré de tu pureza, hoy esperaré tus caricias,
hoy no maldeciré haberte conocido, hoy te agradezco haberme encontrado,
hoy no te llevaré al infierno, hoy te llevo al paraíso,
hoy ya no es pasado, hoy estamos en el presente,
hoy ya no estás solo, hoy estoy junto a ti,
hoy ya no es un jueves cobarde, hoy ya es viernes,
hoy bendigo cada segundo que aún me queda de vida, junto a ti…
y tú… junto a mí.
jueves, 20 de enero de 2011
domingo, 16 de enero de 2011
La muerte de un ángel
El ángel que habías conocido
se está enfriando por tus maltratos
y tu falta de aprecio,
¿quieres un demonio?,
pues en demonio se irá convirtiendo tu ángel,
un demonio maldito,
qué lástima que ahora llores
y supliques perdón,
pues las marcas de tu venganza
arde como fuego en brazos de aquel dulce
y cariñoso ángel que conociste..
maldito sea el mismo ángel que se entregó por completo
y recibió un duro golpe en el alma hasta morir..
domingo, 2 de enero de 2011
Por amor a la traición
María se despertó de un ligero y tranquilo sueño. Aún estaba cansada, los ojos hinchados, la piel desnuda y un rayo de luz entraba por una desgastada rendija que separaba su habitación del frío mes de agosto. Se levantó, se vistió rápidamente y salió de su hogar en dirección al campo como cada tarde, allí se ponía a cantar, a saltar, a recolectar pequeñas florecillas dialipétalas, actinomorfas, para poder colocar y adornar su habitación con tantas hijas predilectas de la madre naturaleza. Y así María, como cada tarde, seguía la misma costumbre para alegrar sus días, y tener nuevas ilusiones en su alma. Un día de enero al año 2000a.c salió nuevamente tan feliz, tan contenta a recolectar más flores que ella acostumbraba a cuidar, de pronto a la distancia pudo observar un hombre que estaba sentado de espalda debajo de un árbol, se acercó con preocupación, duda, miedo, para poder descubrir de quién se trataba. Llegó hasta el hombre y este se volteó rápidamente y miró muy excitado a María, ella se asustó y echó a correr, el hombre se levanto y corrió tras de ella. ¡Espera! ¡espera! gritaba el hombre, pero la mujer no paraba de correr. El hombre la alcanzó y la cogió fuerte del brazo y le dijo a dónde vas y ella desesperadamente le gritó suéltame, déjame, no te conozco. El hombre la soltó y le dijo cálmate mujer mi nombre es Charles y tú cómo te llamas, la muchacha respondió mi nombre es María. El hombre la invitó a caminar por el campo, conversaron por largas horas hasta que el crepúsculo iba desapareciendo lentamente y el cansancio agobiaba los dos cuerpos. María decidió despedirse de Charles pero él le dijo que la quería ver al día siguiente y la mujer aceptó muy gustosa.
Al día siguiente Charles se encontró nuevamente con María en el campo y comenzaron a charlar, ella le preguntó cuál era su apellido y él le respondió Baudelaire, Charles Baudelaire es mi nombre y ella asustada le dijo no puede ser, no eres tú, y él le respondió soy yo, se que vives enamorada de mí desde siempre, ahora estoy más viejo, pero mi alma, mi espíritu y mis fuerzas han rejuvenecido. La mujer muy asombrada sólo atinó a besarlo y abrazarlo, y poco a poco se iban consumiendo la piel llenos de deseo, la mujer comenzó a excitarse y Charles le sacaba lentamente la blusa, la mujer tan sensual respondía a las caricias y los besos del hombre, y así poco a poco fueron quitándose lentamente la ropa hasta quedar completamente desnudos, y comenzaron a hacer el amor tan despacio, tas suave que la María gemía apasionadamente hasta quedarse dormidos hasta la mañana siguiente. Los días pasaban y se convertían en meses, la barriga de María iba creciendo pues había quedado embarazada de Baudelaire, los dos muy contentos y felices se querían, se adoraban. El día esperado llegó, y María dio a luz a dos pequeños varones que dieron por nombre Caín y Abel, dos hermanos que desde muy pequeños se querían y compartían muchas cosas juntos, se cuidaban y se adoraban, el tiempo pasaba y Caín comenzó a envidiar a Abel porque este último era el consentido de la familia y así comenzó la gran desunión de los hermanos hasta llegar al asesinato de Abel por parte de Caín.