¿Quieres ganarte el cielo?, gánatelo viviendo la vida de una manera inigualable, disfrutando cada segundo de ella al máximo, sonriendo cuando alguien nos hace daño, sonriendo cuando alguien te clava una puñalada, sonriendo cuando alguien te manda una indirecta, sonriendo cuando alguien te miente, porque ante todo eso, tu premio llegará y la vida mil vueltas dará y todo caerá por su propio peso, un peso de cincuenta y cinco millones quinientos cincuenta y cinco mil quinientos cincuenta y cinco kilos que cargas sobre toda tu espalda que un día acabará, y no verás más tinieblas, quiere más a tu enemigo que a tu amigo.
La luz llegará a tu vida y se alumbrará tu camino, seguirás tu sendero correcto, sin tropezar, porque tus pies estarás muy firmes sobre la tierra contando cada paso, cada metro, cada kilómetro hasta llegar al final del camino donde encontrarás tu destino y un jardín de 498 diferentes clases de flores con diferentes aromas seductores que deleitarán tu vida y pintarán tu cielo de azul, una sonrisa dorada y veinte mil pasiones encontradas para desbordar por cada vena de la piel coloreando la vida con pinceles enigmáticos, con crayones impactantes, con una mezcla de bolígrafos peleando por un cupo entre tus dedos.
Y las hojas de los árboles caerán en tiempos de otoño, pero no dejes que tus sueños y tus aspiraciones caigan, no dejes que tus metas fracasen, no dejes que la melancolía se apodere de tu cuerpo, de tu alma y de tu ser, sonríele a la vida de una manera dulce y pícara, dialoga libremente con cada parte de la naturaleza que encuentres a tu alrededor, comparte los pocos bellos momentos con un fuerte abrazo puro y sincero, que la calentura de tus brazos abrigará de esperanza a la persona que se encuentre frente tuyo.
Extiéndele la mano a tu prójimo cuando se encuentre moribundo, no voltees la cara haciéndote el desentendido, míralo de frente, muéstrale una sonrisa, abre tu corazón y dale una razón para que nunca pierda la ilusión.
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