jueves, 20 de mayo de 2010

DESENNUMEREMOS UNA VIDA

Y hoy prendí un cigarrillo, tan frio, devorador y me puse a fumar en frente de la señora Luna.. Le decía que es algo insignificante aprender tantas formulas matemáticas, tantas reglas, tantos problemas, inecuaciones, estadísticas, matrices, logaritmos y toda esa sarta de cojudez que nos quieren meter en la cabeza diariamente.

Si en realidad lo único necesario es aprender a contar del uno al nueve, porque dentro de aquello gira entorno cualquier cantidad necesaria que queramos utilizar durante toda una apestosa vida llena de vicios.

Los números son buenos pero sólo para contar cada una de las cosas que hacemos y que dejamos de hacer con el pasar del tiempo.

¿Números? ¿Para qué?, tan sólo me sirven para contar los días de la semana, las horas del día y los minutos de las horas en que sigo enviciándome descontroladamente.

La Luna me respondió: “Tienes razón sabio adolescente, pásame un pucho y fumemos juntos esta tempestad”

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