viernes, 28 de mayo de 2010

ANTOJITOS DE MIERDA


Y de pronto sin más reparo, estaba atormentado por el sabor de hambre que tenía en aquel momento, mi cuerpo, mi alma y mi ser, pedían a gritos que introduzca un alimento basura a mi estomago lo más rápido posible, de inmediato, mis tripas gritaban socorro y mis intestinos pedían una hamburguesa, una gran hamburguesa que me atore mi conducto estomacal y me enmierde de mierda abrupta de mi propio ser.

Así que decidí a toda máquina salir en busca de aquella comida chatarra, de buen sabor, de una dulzura tan rica y abominable que tanto deseaba, cogí el dinero que descansaba tan tranquilo sobre la mesa de mi cuarto, me puse mis sandalias talla 44 que me quedan un poquitín grande, pues soy patón y a mucha honra me siento orgulloso de aquello.

Abrí mi puerta, salí sin hacer demasiada bulla, sin que mi padre se despierte de su sueño, creo yo un sueño erótico del cual estaba preso hoy día, eso es lo que pienso ya que hace mucho, pero muuuuucho tiempo que no la ve, jaja, o quizás esté equivocado, pero en fin, estaba bajando y me encontré con la machona, la policía, la que da miedo, le dije buenas noches, me miro con una forma de juzgar matador, me violó con su mirada y sólo atinó a sonreír dejando la puerta de abajo(la puerta de reja) abierta para que pueda salir, salí y cerré la puerta con un temor que invadió mi alma segundos atrás con la reacción de la fortachona, saqué de mi bolsillo un cigarrillo, uno de los cinco que me había comprado horas antes, y lo prendí y fui caminando en busca del alimento de mierda que tanto reclamaban y protestaban los lunáticos seres desenfrenados que viven dentro de mí, viciosos del pecado, viciosos de la chatarra y de cualquier otra cosa que los perjudique, pero ellos son así de conchudos, les llega altamente si se enferman, si chillan de dolor o lo que sea.

Caminaba entre la cuadra de mi armonioso y enloquecedor hogar, estaba a punto de llegar a la esquina donde se encuentra un bullicioso lugar de perdición humana, llamada …… pues no lo diré, no tengo porque promocionar aquel lugar tan apestoso y deseable por muchos adolescentes , y vi un grupo de muchachos al frente de aquel lugar, vacilando, haciendo la hora, como se tilda comúnmente al desenvolvimiento de pérdida de tiempo de la adolescencia de hoy en día, escuché el sonido de aquel lugar de perdición, iba con mi cigarrillo en mano y di la vuelta en busca de la avenida ensordecedora con los asquerosos pitidos de los carros y el contaminante humo que estos regalaban a la capa de ozono que se encuentra agonizando, miré a la derecha, a la izquierda y me fortalecí, tome aire, decidí cruzar rápidamente antes que un puto carro acabe en un segundo con mi perturbada vida, cruce la pista, y me dije ohhh lo hice lo logre, pues apenas en ese instante sólo pasó un carro, jaja, que inútil esfuerzo realizado.

Llegué hasta la señora que vendía las hamburguesas(tóxicos, con carne de burro) y le pedí que me prepare un pollo a la rusa, pero el hambre era enloquecedor así que le dije que al mismo pan le agregara una carne y se convierta en una hamburguesa de pollo a la rusa simple, lo preparó con una simpleza, con una agilidad incomparable, en un dos por tres ya estaba mi hamburguesa, a pesar de que le trataba mal al pollo con el huevo que hacían una evolución tremenda, una combinación perfecta que formarían el famoso pollo a la rusa, lo trató muy mal, me dio un poco de pena y atiné a decirle a la seductora señora: ¿por qué lo trata mal?, ¿por qué esa agresividad?, me miró y sonrió tan dulce, tan pícara y me contestó: es que me hace mucho mal porque a veces se queda en vano y al día siguiente me dan ganas de hacerlo pasar como fresco y venga un tonto como tú y lo compre, jaja solo me reí una y mil veces, terminó de prepararme mi pollo a la rusa simple y me entregó tan delicadamente, tan señora ella que se cree, pues la juzgo sin conocerla pero aquella carita que se maneja, ufff ya ni me lo imagino, me entregó la hamburguesa y me dijo gracias.

Hasta ese entonces iba por mi segundo cigarrillo que me devora los pulmones lentamente, recibí mi hamburguesa y también atine a decirle gracias y hasta luego.

Crucé nuevamente la pista, en esos momentos no pasaba ningún carro y pude pasar con tanta tranquilidad, casi con los ojos cerrados, aún seguía con mi segundo cigarrillo, llegué a la esquina de la avenida, venia mordiendo el pan de mierda y fumando pequeñas pitaditas que me loqueaban el cerebro ya que una y otra vez golpeaba y golpeaba, no me creo Kina Malpartida, pero golpeaba con los labios. Llegué a la esquina de dicho lugar pervertido de los adolescentes y seguían al frente aquellos muchachos vagos y ociosos que minutos atrás había visto, seguí mi camino, llegué hasta mi casa, abrí despacio la puerta de abajo, la cerré de la misma manera, y subí al segundo piso en donde radico desde hace pocas semanas, con mi atormentado padre que seguía en su sueño erótico, creo que soñaba con Leysi Suarez, su tocaya de apellido porque mi señor padre también es Suarez, jaja creo que se loqueaba soñando con ella, tal vez se haya vaciado en su sueño, sería un mate de risa, pero pasé de frente a mi cuarto a comer la basura de alimento que había comprado con la única intención de satisfacer las necesidades de mi atormentado estomago que me rasgaba mis intestinos de locura por comer dicho cartón de carne.

Terminé de comer y aquí me encuentro nuevamente, mi estomago completamente a gusto, casi dormido por el cansancio y yo sentado, mis cuatro letras sobre mi cómodo asiento escaldador que me sostiene y me puse a escuchar una vez más aquella canción de Daniel F, que tanto me gusta y me devora el corazón..

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