Sí, te vi ayer.
Si tú me viste, no lo sé.
Pasaste como pasan lo rayos
que huyen de la libertad.
Pasaste amarrada a tu sueño,
ese que no quisiste compartirlo conmigo.
Miré la sombra de tu cabello
que moría por abrazarme los ojos.
Te seguí en mis pensamientos,
pero te perdiste entre la falsedad,
la infidelidad y el cinismo de los animales
presos del consumismo.
Hasta pronto preciosa,
pues soy enemigo del hasta nunca.
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