En la vida hay dos momentos
en que se llora sin consuelo,
uno cuando la noche es virgen
y el viento no se acerca
y otra cuando la noche es una prostituta
del viento que abusa de ella.
¿Cómo recorrer los parámetros del cielo
si todo esta manoseado?
¿Cómo dar media vuelta la cabeza
sin convertirnos en piedra?,
el olor del pecado es poderoso,
estamos asfixiados,
pues pecamos a diario
mientras analizamos si tu pureza
es un maquillaje barato
de tu triste realidad.
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