Hoy mi alma ganó el premio Nobel.
No por mi talento,
no por los libros que no eh publicado,
ni por mi ideología política,
ni por el poder (que en realidad no tengo).
No recibo llamadas ni felicitaciones,
mensajes de texto ni mensajes de voz,
no recibo dinero en efectivo
ni palmas de honor,
no recibo las miradas orgullosas de mi pueblo,
no recibo un abrazo
ni un apretón de manos,
tampoco ocupo las primeras planas de los periódicos
ni las llamadas de los medios comunicativos
intentando robarme unas palabras,
no recibo las alegorías de un continente
ni las felicitaciones de mis colegas (los vagabundos),
no recibo cartas ni postales
con un ¡bravo!, ¡felicitaciones!,
no recibo 20.000 euros de obsequio…
pero eh recibido la paz en mi alma
y la asunción de mi espíritu
hacia un lugar parsimonioso,
digno de admirar cada segundo en que respiro
el suave aroma a tranquilidad.
Me gusta mucho tu texto Manuel. Tambien me alegro del nuevo premio de literatura. Un abrazo.
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