jueves, 20 de enero de 2011

Una triste felicidad

Debo aceptar una ves más...
te extraño.

domingo, 16 de enero de 2011

La muerte de un ángel

El ángel que habías conocido

se está enfriando por tus maltratos

y tu falta de aprecio,

¿quieres un demonio?,

pues en demonio se irá convirtiendo tu ángel,

un demonio maldito,

qué lástima que ahora llores

y supliques perdón,

pues las marcas de tu venganza

arde como fuego en brazos de aquel dulce

y cariñoso ángel que conociste..

maldito sea el mismo ángel que se entregó por completo

y recibió un duro golpe en el alma hasta morir..

domingo, 2 de enero de 2011

Por amor a la traición

María se despertó de un ligero y tranquilo sueño. Aún estaba cansada, los ojos hinchados, la piel desnuda y un rayo de luz entraba por una desgastada rendija que separaba su habitación del frío mes de agosto. Se levantó, se vistió rápidamente y salió de su hogar en dirección al campo como cada tarde, allí se ponía a cantar, a saltar, a recolectar pequeñas florecillas dialipétalas, actinomorfas, para poder colocar y adornar su habitación con tantas hijas predilectas de la madre naturaleza. Y así María, como cada tarde, seguía la misma costumbre para alegrar sus días, y tener nuevas ilusiones en su alma. Un día de enero al año 2000a.c salió nuevamente tan feliz, tan contenta a recolectar más flores que ella acostumbraba a cuidar, de pronto a la distancia pudo observar un hombre que estaba sentado de espalda debajo de un árbol, se acercó con preocupación, duda, miedo, para poder descubrir de quién se trataba. Llegó hasta el hombre y este se volteó rápidamente y miró muy excitado a María, ella se asustó y echó a correr, el hombre se levanto y corrió tras de ella. ¡Espera! ¡espera! gritaba el hombre, pero la mujer no paraba de correr. El hombre la alcanzó y la cogió fuerte del brazo y le dijo a dónde vas y ella desesperadamente le gritó suéltame, déjame, no te conozco. El hombre la soltó y le dijo cálmate mujer mi nombre es Charles y tú cómo te llamas, la muchacha respondió mi nombre es María. El hombre la invitó a caminar por el campo, conversaron por largas horas hasta que el crepúsculo iba desapareciendo lentamente y el cansancio agobiaba los dos cuerpos. María decidió despedirse de Charles pero él le dijo que la quería ver al día siguiente y la mujer aceptó muy gustosa.

Al día siguiente Charles se encontró nuevamente con María en el campo y comenzaron a charlar, ella le preguntó cuál era su apellido y él le respondió Baudelaire, Charles Baudelaire es mi nombre y ella asustada le dijo no puede ser, no eres tú, y él le respondió soy yo, se que vives enamorada de mí desde siempre, ahora estoy más viejo, pero mi alma, mi espíritu y mis fuerzas han rejuvenecido. La mujer muy asombrada sólo atinó a besarlo y abrazarlo, y poco a poco se iban consumiendo la piel llenos de deseo, la mujer comenzó a excitarse y Charles le sacaba lentamente la blusa, la mujer tan sensual respondía a las caricias y los besos del hombre, y así poco a poco fueron quitándose lentamente la ropa hasta quedar completamente desnudos, y comenzaron a hacer el amor tan despacio, tas suave que la María gemía apasionadamente hasta quedarse dormidos hasta la mañana siguiente. Los días pasaban y se convertían en meses, la barriga de María iba creciendo pues había quedado embarazada de Baudelaire, los dos muy contentos y felices se querían, se adoraban. El día esperado llegó, y María dio a luz a dos pequeños varones que dieron por nombre Caín y Abel, dos hermanos que desde muy pequeños se querían y compartían muchas cosas juntos, se cuidaban y se adoraban, el tiempo pasaba y Caín comenzó a envidiar a Abel porque este último era el consentido de la familia y así comenzó la gran desunión de los hermanos hasta llegar al asesinato de Abel por parte de Caín.